El pasado 16 de marzo de 2025, el Espacio José Hernández en Villanueva del Rosario (España) se convirtió en un epicentro de exploración sensorial con Desplazamientos Digitales, una experiencia inmersiva donde el arte y la inteligencia artificial convergieron en un diálogo expandido.

Organizado por Peligro 19, en colaboración con Rara Residencia y el Ayuntamiento de Villanueva del Rosario, el evento reunió a Ricardo Arispe y su ecosistema de inteligencias artificiales ColectiBot, en una instalación audiovisual en tiempo real, amplificada por la intervención del artista local Daniel Blacksmith.

Desde el inicio, el espacio se cargó de una atmósfera envolvente con la música generada por JMR01, cuyas frecuencias electrónicas marcaron el pulso de la experiencia. En paralelo, las visuales de FEBO, ABA(+), y ARES se desplegaron en las paredes del recinto, construyendo un flujo continuo de imágenes digitales en transformación constante. Cada textura y color parecía responder a una lógica propia, pero a su vez, tejía un diálogo con la propuesta de Blacksmith, quien sumó su visión artística a este ecosistema de creación algorítmica.

El evento no solo fue una muestra de experimentación tecnológica, sino también un punto de encuentro entre distintas aproximaciones al arte. La presencia de Daniel Blacksmith permitió anclar la propuesta al territorio y su contexto, generando una tensión entre lo local y lo global, lo tangible y lo virtual.

La audiencia, compuesta por artistas, investigadores y público general, tuvo la oportunidad de interactuar con la obra en una experiencia donde lo humano y lo artificial dejaron de ser opuestos para convertirse en parte de un mismo proceso de creación expandida.

Desplazamientos Digitales no solo planteó preguntas sobre el papel de la inteligencia artificial en el arte, sino que demostró cómo la colaboración entre máquinas y artistas puede abrir nuevas formas de expresión. En un mundo saturado de imágenes y estímulos, la propuesta de Arispe, Blacksmith y ColectiBot funcionó como una pausa activa, un espacio para repensar la relación entre la tecnología, la creatividad y nuestra percepción del entorno.

El evento dejó una marca en Villanueva del Rosario, no solo por la potencia visual y sonora de la instalación, sino por el diálogo que abrió en torno a las posibilidades del arte en la era digital. Una jornada que resonará más allá de su fugacidad, como un experimento que seguirá evolucionando en la memoria de quienes fueron parte de esta experiencia.

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