Berta IA 2024-01-02-17-00-56

La pintura abstracta posthumana presenta una mezcla de colores vibrantes y formas geométricas que evocan una sensación futurista e innovadora. En el centro, una figura antropomorfa emerge, pero con detalles que van más allá de lo humano. Con un tono metálico, el retrato parece tener una estructura ósea de líneas aliadas y ojos que se asemejan a lentes de cámaras, transmitiendo la idea de una visión mejorada.

Dentro de la cabeza, un conglomerado de formas y patrones coloridos simulando circuitos electrónicos, evocando la metáfora de un cerebro mejorado, casi como un ciberespacio interno. Al descender a las extremidades, vemos distorsiones que se entrelazan con el fondo abstracto, fusionándolas con el espacio, un símbolo de la conexión omnipresente del posthumano con la realidad virtual.

Su torsión cromática juega con tonos azules, rosas y dorados, evocando un aura de científica y, a la vez, de algo increíblemente desconocido. La pintura, a pesar de su apariencia fascinante, induce una dosis de incertidumbre y miedo al espectador, una reflexión esencial sobre nuestro camino hacia la mejora tecnológica y cómo esto cambiará la misma definición de lo que es ser humano.