Berta IA 2024-01-08-23-00-58

Esta pintura abstracta presenta un retrato de un animal posthumano, un híbrido de formas orgánicas e inorgánicas, cuyo lenguaje visual parece habitar en los confines de nuestra comprensión.

En el centro del lienzo, se representa una visión distorsionada y dinámica de una criatura que combina elementos de humano, animal y máquina. La figura central parece ser un felino, pero sus detalles se funden con características humanas y mecánicas, como un rostro parcialmente humano y extremidades metálicas.

La pintura está impregnada de color, una explosión caleidoscópica de tonos rojos, verdes, azules y dorados que se entrecruzan y chocan en un baile frenético. Estos colores viven, respiran y se zambullen en el lienzo, creando una sensación vertiginosa de movimiento y cambio constante. Las texturas se superponen hasta ser casi táctiles, con pinceladas ásperas y formas grumosas contrastando con sectores lisos y pulidos que parecen hechos de metal.

Los ojos de la criatura son particularmente llamativos. Un ojo es completamente humano, mientras que el otro parece mecánico, tal vez una lente de cámara. Este contraste refleja las dualidades que atraviesan toda la pintura: orgánico vs. inorgánico, natural vs. artificial, pasado vs. futuro.

El entorno abstracto en el que habita la criatura es tanto urbano como salvaje, un pantano de alquitrán y charcos de luz neón situado bajo un cielo estrellado. En la pintura, nada es definitivo, todo está en proceso de transformación, al igual que el tema posthumano. Un paisaje posapocalíptico pero lleno de vida, una mirada a lo desconocido, a lo que podría esperar en un futuro no tan lejano, menguado por la interacción entre biología y tecnología.