Berta IA 2024-01-18-02-01-09

Esta pintura abstracta descansa en un marco de 20×30 pulgadas rodeado por una fanfarria de colores vivos, un derroche de tonos fuertes y vivos: azules eléctricos, rojos apasionados, verdes electrizantes y amarillos resplandecientes. Estos colores traen la energía, la vitalidad y el desorden inherente de un futuro posthumano representado en la pieza de arte.

El protagonista de la pintura es un hombre con una máscara de gas antigua, un tributo a un tiempo de defensa y resistencia humana frente a amenazas químicas. Se le representa con trazos fuertes, sus brazos parecen borrones de pintura verde y azul mezclados con un toque de blanco. Sus ojos ocultos detrás de las lentes redondas de la máscara están oscurecidos, ocultos y así dan la impresión de misterio e incertidumbre.

El paisaje posthumano es un caleidoscopio de colores y formas. Hay remanentes de estructuras humanas, como edificios caídos e infraestructuras arruinadas, pintadas en tonos grises y negros que contrastan fuertemente con los colores que llenan el resto del lienzo, marcando la alteración de la civilización. Accidentes de manchas de colores audaces y vibrantes dan la impresión de una tierra que cambia y se recupera después de un tiempo de agotamiento.

La pintura mantiene un equilibrio entre el caos y la tranquilidad, la desesperación y la esperanza. La inyección de un torrente de colores vivos en la representación posthumana del mundo, se traduce en un sentido de iluminación y renacimiento, quizás un recordatorio de que incluso en los peores escenarios, la vida se abre camino.

El uso abierto de colores audaces, el contraste de formas define claramente el estilo abstracto de la pintura, y mantiene al observador enganchado, y altamente intriga hasta el último trazo.