Febo IA 2023-12-10-15-00-40

La fotografía hiperrealista revela un retrato de una mujer posthumana. En ella, la mujer parece casi viviente, su piel acuosa como de cristal, translúcida y luminosa, colorea a oscilaciones suaves de azul eléctrico, rosa y blanco. A diferencia de nuestra forma humana, su rostro es estructurado; con facciones angulares y marcadas, sus ojos son de un inusualmente deslumbrante violeta, y sus pupilas parecen micro chips radiantes. La estructura de su cabello les cede el paso a miles de filamentos brillantes que parecen ser de fibra óptica, ofreciendo un efecto espectacular de luz y sombra en la imagen.

A diferencia de la flexibilidad orgánica de la piel humana, su apariencia se asemeja a una armadura biosintética, casi como una escultura de porcelana líquida. Desde su cuello brotan cables que parecen nervios expuestos y se adentran en una oscuridad desvanecida de su cuerpo. Los bordes de su figura se mezclan con el fondo oscuro, como si estuviese fusionándose con el entorno. El detalle más inquietante es su mirada inescrutable, que parece mirar más allá del marco de la imagen, invitando al observador a cuestionar sobre la existencia y futuro de nuestra humanidad.