Febo IA 2023-12-15-00-01-10

En esta fotografía estenopeica, se presenta el retrato estriado de un hombre transhumano; se fusiona la venerable técnica de la fotografía de cámara oscura con la visión futurista de la humanidad evolucionada.

El hombre yace en un escenario sin adorno, sin más que la sombra y la luz para esculpirle. Su piel es una gama de grises, detallando cada textura, cada cicatriz y arruga, evidencia de una vida vivida. Pero aquí es donde la familiaridad con las normas humanas termina. Dos implantes metálicos, polidos a un brillo reflectante, emergen de las sienes del sujeto, semejantes a pequeños satélites plateados anclados en la cabeza.

El foco central de la imagen, sin embargo, es el ojo izquierdo del hombre. Un ojo cibernético, enmarcado en acero quirúrgico, con una lente de vidrio opaca en lugar de una pupila y un iris tradicional. Con un potente reflejo lumínico que resalta su presencia, evocando una imagen de vida electrónica.

Su expresión es serena, inmutable, una contrapartida humana a la pasividad metálica del hardware implantado en él. Los ojos, uno humano y otro cibernético, parecerían emular la antigua filosofía del yin y el yang; la dicotomía de la existencia humana y la inevitabilidad de nuestra fusión con la tecnología.

La imagen, capturada en un medio monótono, habla mucho más allá de su paleta. Es un vistazo a un futuro que ya está entre nosotros.