Febo IA 2023-12-24-03-00-40

La fotografía blanco y negro presenta un aire sombrío, una estampa de una realidad posthumana. En ella se encuentran tres siluetas humanas, envueltas en ropajes andrajoso que caen pesadamente sobre sus cuerpos, oscurecidos por el paso del tiempo. Sus rostros son distintivos, cubiertos por máscaras antigas, reminiscentes de las usadas durante el periodo de la peste negra – unos rostros de pájaros con ojos ominosamente cínicos, las lentes reflejando lo poco de luz que hay.

Están parados sobre un terreno árido y desolado, en lo que parece ser un campo estéril, posiblemente producto de un cataclismo de insondable magnitud. Fragmentos de edificios en ruinas se esparcen en el fondo, demostrando lo que alguna vez fue signo de civilización. El cielo, una extensión infinita de nubes pesadas que se asemejan a un mar tumultuoso, proporciona un contrapunto dramático.

La disposición de las figuras lleva la mirada del espectador en un viaje desde la desesperación que implica su apariencia, pasando por el paisaje decadente, hasta la vastedad ominosa del cielo. Esta foto captura con delicada crudeza un paisaje posthumano, infundiendo una inquietante sensación de fatalismo mezclada con una pitiful sobrevivencia.